Hola, ¿cómo estás?
Una calle me separa
del amor que está en mis sueños
yo de ti no exijo nada
sólo espero ser tu dueño.
Leo Dan compuso ‘Una calle nos separa’ en el año 1969; después Néstor en Bloque hizo esta versión y eso dio lugar a que Leo la vuelva a cantar con los Decadentes y Los Caligaris hace poco.
Hecho el rulo sobre el título de esta entrega, tengo que decir que trato de ponerle onda porque estoy triste. Le hice daño a mi mate. Esa calabaza que vino a reemplazar al jubilado de la primera entrega está herida de muerte y todo es por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa.
Situación: Victoria me alcanzó un amargo y yo lo dejé caer al piso de costado por estar mirando el celular. Hay tantos pecados en esa oración que deberían condenarme al vestíbulo del Infierno de Dante: el de los indiferentes que vivieron sin gloria y sin infamia. Porque hubiera preferido toda la vida que se me caiga de un kayak remando en el río, o que me lo haya robado alguien que sabe lo que es bueno. Hubiera sido más consecuente con lo que vivo pregonando acá. Pero haberlo lastimado de una forma tan absurda y evitable me pone de frente ante mis propias limitaciones. Y aquí he venido a pagar.
Grieta y prejuicio
Apenas cayó el mate al piso escuché el ruido de algo que se rajaba. Lo revisé desde abajo y ahí estaba la grieta. Si bien todavía no pierde más temprano que tarde va a filtrar. Según el diccionario de la RAE la palabra grieta viene del latín crepito que quiere decir crujir, crepitar, rechinar, resonar, estallar romperse. Como se puede ver en la imagen que ilustra este texto el daño ya está hecho.
Y lo más doloroso es que esta no es como la falsa grieta de mi país. Es muy loco que se haya usado esa palabra para algo tan intangible. Durante años hicimos crepitar nuestros vínculos por diferencias que a la luz de las cosas que nos tocan vivir hoy en día no eran tan sustanciales. Hablando del tema, me gustó mucho la definición que dio Pablo Avelluto en esta entrevista sobre aquellos prejuicios que todavía siguen gravitando en nuestra sociedad: emociones tercas sobre algo que desconocemos.
Eutanasia o fingir demencia
Siguiendo con las derivas etimológicas, la palabra eutanasia viene del griego y está formada por eu (buena) y thanatos (muerte). ¿Debo permitir que mi calabaza agonice hasta empezar a manchar todo lo que le ponga debajo o debo darle una jubilación por invalidez? Una de las cosas que más culpa me da es que no cumplió un año y tiene un sabor espectacular. La verdad es que todavía no he tomado una determinación al respecto. Los primeros días lo que hice fue hacerme el distraído. Seguí cebando mis amargos de rutina hasta que esta columna me puso de nuevo en órbita.
Se hace más difícil entrar en la etapa de la aceptación porque todavía no se ha consumado la muerte. Y si tuviera que ejecutarla yo cargaría con la doble culpa: la del accidente y la de la decisión final.
La vida cambia deprisa.
La vida cambia en un instante.
Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba.
Escribe Joan Didion tras la muerte de su marido en ‘El año del pensamiento mágico’. El mejor libro sobre duelo que yo haya leído. También recomiendo este documental y todo lo que encuentren sobre esa escritora genial. La cuestión es que me está costando asumir lo de mi mate.
Un obituario
Aunque pueda parecer exagerado todo esto que estoy haciendo no es original. Un gran ejemplo son los obituarios del New York Times. En esta bellísima nota se puede conocer más sobre el tema. Comparto un breve resumen. Hubo un gran periodista que se llamó Alden Whitman, un reportero conocido por entrevistar a personas destacadas para preparar sus necrológicas con anticipación. Lejos de ser temido, su trabajo era visto como un honor, ya que garantizaba al entrevistado un lugar en la historia.
¿Pensará así mi mate? No lo sé, pero debería comenzar con la tarea. Conversar con las personas que hayan probado su sabor para conocer sus opiniones. Que le dediquen unas palabras. Y enseguida uno se da cuenta del problema. ¿Serán sinceros? ¿Se animarán a criticar a una calabaza que está herida de muerte? Lo dudo. Y una cosa más: ¿Me dirán la verdad a mí? ¿Sentirán compasión por toda la culpa que cargo sobre mis hombros? Creo que no soy la persona indicada para escribir ese texto. Tengo que oponer una objeción de conciencia.
Redención
No se puede volver el tiempo atrás. Tampoco sirven las dolorosas penitencias del Quijote. La única forma de reparar el daño hecho es volver a respetar la costumbre sagrada de aquí en más. Si no todo esto es cháchara. El elixir va a salvar el mundo, pero sólo si lo tomamos con la responsabilidad que amerita. Como si fuera un mantra me voy a repetir a mí mismo estas estrofas del gran Bob Marley.
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Emancípense de la esclavitud mental.
Nadie más puede liberar sus mentes.
No le teman a la energía atómica,
porque nada de eso puede detener el tiempo
Con recipiente nuevo o no, habrá que volver a las fuentes.
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La próxima te lo paso con más fuerza, no quiero ser cómplice en la desgracia. Mas bien, todo lo contrario. Loviu